El pueblo catalán ha expresado su opinión sobre todos los
asuntos que los partidos políticos le han planteado en estas elecciones. Y, de
manera especial, han querido participar activamente para dejar las cosas
claras.
A pesar de la sonrisa, a todos los responsables políticos
de CiU, les embarga la tristeza. No es para menos, pierden 12 escaños y todo lo
que ello supone para la organización interna. Artur Mas, pasará a la historia
como el peor estadista de Cataluña. Estaba gobernando con libertad y su ambición,
le lleva a poder gobernar pero dependiendo de otra fuerza política que le pasará
factura.
Factura, que dependiendo del grupo político elegido será
de un modelo u otro. Si elige al ganador de la noche, ERC 21 diputados,
el giro en materia económica es de 180 grados. Si el elegido es el PSC, el
prototipo de país, nada tiene que ver con lo predicado sobre la independencia.
Si el seleccionado es el PPC, puede tener afinidad en la economía aplicada,
pero enfrente tienen una oposición de izquierdas contundente que pondrá en
evidencia todo el error económico que hoy ha ocultado con las banderas. En definitiva,
un gran fracaso.
Otro grupo que sigue bajando es el Partido Socialista de
Cataluña, perder 8 diputados es una sangría que no se sabe cuando puede empezar
a cicatrizar. Ni el remedio que se le tiene que aplicar. Desde luego el
tratamiento no puede ser leve para curar la hemorragia. La intervención tiene
que ser de alta cirugía local y central.
El otro ganador de la noche ha sido Ciutadans, que pasa a
triplicar el número de escaños 9. Igualmente y en menor medida también sube ICV 13 diputados.
Para terminar
reafirmar que con una participación del 69,5% de los electores, 10,7 puntos por
encima de las elecciones al Parlament del 28 de noviembre de 2010, la
ciudadanía catalana, ha marcado el camino fijando prioridades sobre su vida: “empleo
y servicios públicos y sociales de calidad”. A trabajar en esos objetivos
mandan a sus representantes.