Hasta hoy, de manera más o menos encubierta, la presidenta popular de Madrid, maquillaba la progresiva privatización de la Enseñanza, de la Sanidad, culpaba al Gobierno de Zapatero de otras deficiencias que los ciudadanos residentes en esta Comunidad padecemos con respecto a servicios que otras Comunidades prestan a sus habitantes. E incluso, llama a la rebeldía con la Educación para la Ciudadanía. Todo, dentro de la estrategia que haga atenuar lo que está acometiendo.
La situación por la que Esperanza Aguirre, tiene que pasar en el Congreso nacional del PP, en Valencia, le impulsa a dar un paso adelante, y sin oír ni escuchar a voces acreditadas de centro de su partido, saca pecho y plantea claramente y ya, sin tapujos, la privatización de los servicios públicos elementales que tanto trabajo nos ha costado conseguir. Dice Ana Pastor, (PP) que la Sanidad Pública de calidad, es la mejor herramienta para redistribuir la riqueza. Las personas que practicamos un pensamiento progresista no tenemos la menor duda.
Por ello, privatizar los servicios públicos es introducir criterios de rentabilidad económica que desconocemos las consecuencias que pueden traernos. Hay países que han practicado estas políticas conservadoras liberales y finalmente, el Estado, ha tenido que recuperar estas prestaciones ante la caótica ambición empresarial.
Los ciudadanos/as de Madrid, tenemos que estar muy atentos a los resoluciones que se aprobarán abiertamente en el Congreso popular de Madrid. Cuando en el debate, afirma convertir el Canal de Isabel II en Sociedad Anónima y luego vender la gestión del agua que bebemos, es debido a locura privatizadora que tiene en su cabeza.
Antes, el argumento para traspasar competencias a los privados eran criterios de eficacia, pero cuando una empresa funciona perfectamente desde el reinado de Isabel II, qué motivos diferentes a la rentabilidad económica son los que generan su privatización.
Los acólitos/as populares seguidores de Esperanza, ante la tesitura de no tener argumentos que justiquen las decisiones que toma, sólo esgrimen la razón del respaldo electoral ¡Ojala no sea demasiado pesada esta losa!