Nunca en el siglo XX, debió matarse a nadie por pensar de manera diferente. Ni entonces ni ahora, jamás se debe emplear la violencia para imponer nuestras ideas. Siempre se debió encontrar el camino de la discusión a través de la palabra, respetando las decisiones tomadas de manera democrática. Es evidente que no fue así, y la historia de España, está marcada por un triste episodio que nunca debió suceder.
Ahora, después de 30 años de democracia constitucional y debido a que la historia dictatorial sufrida nunca fue imparcial con todos los muertos, se impulsa desde el parlamento español el reconocimiento legal que todos los españoles tenemos. Artículo 14: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
El PP, se empecina en no reconocer este derecho y se queda solo otra vez. No se puede entender esta tozudez cuando tenemos demostrados testimonios en las paredes de las iglesias españolas “Caídos por Díos y por España” obvia decir que todos los relacionados eran personas afines a un pensamiento ideológico. Lo mismo que los mártires beatificados.
Entonces es necesario que la sociedad española rinda el merecido homenaje a todos los otros españoles que en su día por pensar de manera distinta también fueron sacrificados. Es una deuda que tenemos pendiente precisamente para que no vuelva a suceder ¡nunca más!