Desde los atentados yihadistas de París, Europa está
viviendo una situación excepcional que antes nunca habíamos experimentado. Y,
lamentablemente, no es la primera vez que terroristas islámicos actúan en nuestras
ciudades.
La ronda de contactos que el presidente francés está
llevando a cabo con los primeros ministros y presidentes, se puede considerar
la lógica respuesta de alguien que valora las muertes inocentes de compatriotas
y foráneos que no debieron ocurrir.
También, dentro de la alarma que estos suicidas generan y
con la pretensión de encontrar las razones o motivos que les inducen a ello, el
Parlamento europeo va a debatir sobre las posibles causas que les inducen a
ello.
En esa línea, hemos conocido que los captadores de
personas que luego se suicidan, disponen de un manual que les instruye sobre el
proceder que hay que seguir para atraer su confianza. La organización
terrorista define los perfiles de las personas más adecuadas para ser captadas y
luego disponer de ellas obedientemente para llevar a cabo la actuación
terrorista suicida.
Es decir, ya se conoce el perfil social de aquellos
jóvenes susceptibles de ser seducidos. Ahora, hay que trabajar sobre la imperiosa realidad que
permite a esos países extremistas que consideran a Occidente su enemigo, cómo
logran disponer de los recursos que les permite llevar a cabo esas políticas de
odio.
Así, nos encontramos que en sus territorios existen
recursos petrolíferos que los países desarrollados compran para su continuo
avance diario. Y, también, que los ingresos obtenidos por su venta, sirve para
comprar las armas que permiten las guerras que permanecen en sus territorios.
Por tanto, si nos dejamos de hipocresías, podemos apreciar que mantenemos
intercambios comerciales con los dirigentes fanáticos islamistas, que ellos están utilizando contra personas inocentes para desestabilizar a los países que
intercambian petroleo y armamento.
Llegados a este punto, tenemos dos conceptos: conocemos
el perfil del joven y la situación social que vive, la cual, le induce a
escuchar el predicamento de las delicias de la otra vida que sacrifica.
Y luego, también existen canales de contacto que son los
que permiten el mercantilizar con los gobiernos islamistas para obtener
beneficios mutuos.
Ante esta situación y después de la respuesta represiva
cuando cometen atentados y la posterior prevención y seguimiento para
evitarlos. Más que ataques directos en sus países habría que corregir el
semillero social de los suicidas y los mismos canales comerciales utilizarlos
para que la diplomacia internacional evite seguir con estos enfrentamientos que
padecen personas inocentes que son los realmente sufren esta locura.
1 comentario:
Un buen articulo, con el que coincido básicamente, muy bien la unidad de toda Europa contra el terrorismo islámico fanático, pero se hace necesario desenmascarar el cinismo de paises que compran el petroleo a bajo precio extraido por los terroristas, a las empresas que colaboran hciendo negocio macabro con el oro negro. tambien es urgente poner en marcha los macanismos de control europeo del circuito de suministro de armas, desde los paises que las fabrican y las venden hasta llegar a manos de los terroristas, tomando medidas drasticas de aislamiento de esos paises y de esas empresas, ademas de debilitar militarmente en coalición, a todo el aparato de guerra de esos fanáticos del odio y la locura, tarea que se me antoja que va a ser larga y tristemente trágica para occidente.Ojala que esta situación no se convierta en una creciente enfermedad de la xenofobia o islamofobia, que algunas fuerzas políticas reaccionarias ya estan inoculando entre la población europea.
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