Yo no me indigno con los escraches

La semana que termina ha sido un tiempo especial dedicado a la expresión que supone el plantarse delante de la casa de un representante público, para recordarle el drama social que genera el desahucio de familias que no pueden pagar su hipoteca.

Es obligado recordar que este método utilizado, no lo implanta la PAH, hasta valorar que las propuestas incluidas en la ILP que se presenta al Congreso de los diputados, no son consideradas y por tanto, para nada sirve el apoyo recibido de 1.400.000 firmas que avalan el contenido de las propuestas presentadas.

Lo anterior, es importante tenerlo en la cuenta debido a que los críticos con la presencia en la puerta de las casas, insisten en que hay otros medios para defender lo que consideras de justicia. Entonces, cabe preguntarse: sí después que utilizas el procedimiento administrativo exigido para que el Congreso estudie una ILP, el partido con mayoría absoluta que gobierna España, no considera positivo incluir ninguna medida argumentada en la Iniciativa Popular, que otra salida administrativa hay para no renunciar a lo que consideras de urgente necesidad.

Es dramático tener que llegar a este tipo de conclusión, máxime cuando quiénes deben estudiar lo presentado han sido elegidos por el pueblo al que dicen representar. Y, son familias de ese pueblo las que están abocadas a la marginalidad y exclusión social, sino, se considera la dación en pago cuando les requisan su vivienda y no se les facilita un alquiler social que les permita tener una base para intentar empezar de nuevo.

Ahora, voy hacer mención a las declaraciones hechas por dos personas públicas de reconocido nombre. El expresidente Felipe González, cuando afirma, que no le parece bien que se esté presente en la puerta de alguien, por la posible impresión que los niños que van al colegio pueden asimilar. Y, se queda tan fresco y ahí termina su reflexión.

Sin embargo, nada dice de los miles de niños que viven en una casa y qué de un día para otro, aprecian como las Fuerzas de Seguridad del Estado, desalojan a su familia y ven todos los muebles de su casa en la calle. Yo me pregunto: ese impacto psicológico lo superará alguna vez en su vida.

Luego, ante la cruda realidad que vivimos, llega María Dolores de Cospedal y tacha de “nazis” a las personas que se personan delante de la casa para recordarle que puede ayudar con su voto a resolver este drama humano de los desahucios. Comparar la presencia en la calle con el “nazismo” es una aberración que califica a quien lo dice.

Por ello, mientras no se ofrezca por parte del Gobierno que preside Mariano Rajoy, una salida humana a la expulsión de las familias de sus casas, habrá que exigir en la calle, que nuestros representantes públicos están obligados a trabajar para buscar una solución que no condene de por vida a las familias a la marginación social.

Así lo ha debido entender el presidente de la Comunidad de Madrid, cuando anuncia: mañana se entrega la primera de las mil viviendas públicas para desahuciados. 

Anteriormente, la Junta de Andalucía había firmado una Ley para utilizar los pisos que los bancos tienen vacíos.

Ante estos ejemplos, el Gobierno de España, tiene que dar un paso la frente y sentarse con la PAH para consensuar una salida humana a este problema.