23/12/2012

Falta alegría

Es estas fechas es costumbre llamar a familiares y amigos para desearles lo mejor en estos días. Y, un año más así lo hago con la familia que reside en Jaén, concretamente en la cuidad de Martos.

En años anteriores los deseos eran recíprocos y aunque en esta ocasión también ha sido así, se ha sumado la pregunta que me induce a esta reflexión.
¿Por ahí, cómo está la cosa? En otras ocasiones hablábamos de cosas más triviales. Ello, me hace preguntar sobre qué? La repuesta, es cómo está el trabajo. Mal, Madrid y Getafe no son distintos al resto de España.

Se valora, que mi afirmación le induce a declarar que en Martos, está todo parado, no hay ilusión ni perspectivas de cambio que permita terminar con esta desolación. Es más, esta ciudad para quien no lo sepa es el municipio que produce más aceite de oliva virgen del mundo, y también este año la producción está bajo mínimos, con lo cual, los/as trabajadores/as del campo que se dedican a la recolección no van a poder conseguir el certificado de las peonadas necesarias que les permita obtener después la ayuda agraria que se destina en las zonas rurales. Esto supone un drama desconocido en los últimos años.

Mi familia, son autónomos profesionales dedicados a las instalaciones eléctricas que han estado aguantando el frenazo de la construcción con otras obras menores. Pero, el parón general de la economía hace que incluso las reformas se demoren sin fecha.

Cuando profundizas en el análisis llegamos a la conclusión de que se ha cometido un grave error, al obligarnos nuestro Gobierno a cumplir las exigencias europeas en un periodo de tiempo tan corto. Esta obligación nos lleva a implantar un modelo de recortes en todos los campos de la economía que ha hecho paralizar el funcionamiento normal de la sociedad.
La unidad de las fuerzas políticas, sociales, y población en general, debimos hacer pública en lo foros internacionales, nuestra declaración de compromiso de pagar los débitos, pero, dentro de unos plazos que no mutilara el desarrollo económico, empresarial y social de España.

La bola de esta encrucijada va creciendo cada día y hace que, por muy buenos deseos que nos mandemos estos días, de puertas adentro el sentimiento es triste ante la falta de perspectivas.
Aun así, Felices Fiestas, con serenidad y armonía.

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