17/12/2008

De sentido común

La movilización efectuada por sindicalistas, trabajadores/as, ciudadanos y ciudadanas europeos contra la pretendida implantación de la jornada laboral de 65 horas semanales, hace que el Parlamento Europeo rechace por mayoría que los Estados puedan romper el límite de 48 horas de trabajo semanal.

Alejando Cercas, eurodiputado socialista encargado de defender este derecho conquistado a lo largo de los años en la Europa social, felicita a todas las personas que han trabajado para conseguir este objetivo: "Hoy hemos demostrado que esta Cámara está viva, que no estamos al servicio de los Gobiernos nacionales sino representados en nuestros electores -ha señalado el dirigente socialista-. Esta casa ha escuchado a los médicos, a los sindicalistas y a los trabajadores, cuya seguridad y salud en el ámbito laboral estaba en riesgo, y ha escuchado a tantas personas que aspiran a conciliar su vida profesional y laboral. El futuro social de Europa estaba en juego, y entre todos y todas hemos parado los pies al Consejo".

Gracias, acciones como estas son las que nos hacen a los ciudadanos/as de a pie, creer en el trabajo político de nuestros representantes.
La otra cara
La oposición tiene que ejercer un trabajo de control a las acciones del Gobierno. Así está establecido en la normativa democrática. Ahora bien, cuando se enroca en cuestiones que pueden justificar la presencia parlamentaria, pero que a nosotros los ciudadanos y ciudadanas, nos queda lejos, y no supone una acción directa sobre nuestras vidas, hace que nos preguntemos: “pero estos, no tienen otro cosa más importante que hacer”. Y viene a cuento del debate sobre el “tuneado de los váteres de la moncloa”.
De verdad digo, que lo mismo que antes con la acción del Parlamento Europeo, nos sentimos satisfechos y elogiamos el trabajo realizado, no puedo expresar el mismo sentimiento a cerca del pretendido control de la modernidad de los váteres. Tampoco, llama al optimismo la ruptura manifestada en el Congreso, con acusaciones severas contra el Gobierno, por la forma de acometer la lucha contra los terroristas. Máxime, cuando todas las semanas se producen detenciones de personas relacionadas con la banda ETA.

La lealtad sin buscar réditos políticos inmediatos, es lo que la sociedad civil valoramos positivamente. Otro tipo de comportamiento pertenece a tiempos pasados.

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