Es decir, Miguel Sanz, reconoce con su actitud, que todo fue un montaje electoral. Ahora bien, es necesario recordar al Sr. Sanz, que los electores hablaron en las urnas, y tomaron la decisión de dejarlo en minoría.
La abstención anunciada por PSN en el acto de investidura, obedece a una arriesgada apuesta para decirle al PP nacional que ¡basta ya! Los españoles no nos merecemos que nuestros representantes políticos nos estén crispando constantemente.
Es verdad que el resultado electoral, refleja la intención de la mayoría del pueblo navarro de romper con el pasado y buscar nuevas formas de Gobierno alejadas de los postulados del Partido Popular. Pero también es verdad, que la amalgama de siglas y conceptos políticos para llegar a buen puerto, hacían que el PP, de llevarse a cabo la composición del nuevo Gobierno, pudiera seguir con las afirmaciones crispantes. Por ello, decía que el Partido Socialista, arriesga la ilusión despertada en una sociedad heterogénea, dispuesta a ser gobernada de otra manera.
Llegados a este punto, se tiene que practicar una política de gran calidad y nivel para convencer a la sociedad que por encima de siglas e intereses políticos, está la tranquila convivencia de la sociedad.
Dice el futuro presidente que: "Si la situación se vuelve ingobernable, otorgará la palabra a los ciudadanos". Pero no debe olvidar, que antes de ello, se puede ejercer el derecho democrático y constitucional de tenerse que someter a una “moción de censura”.
Cuando la gestión política vislumbra una perdida del apoyo ciudadano, y haces una apuesta de contenido arriesgado con falaces afirmaciones, puede que los resultados sean los obtenidos por el PP. Y que la coherencia del PSOE, una vez, se sacrifique por la paz social, pero siempre no puede la UPN, pedir esa magnanimidad al PSN.