Las mareas ciudadanas

El sábado 23 de febrero, España fue un hervidero social en las calles de 80 ciudades. Nada que ver con el 32º aniversario del traidor asalto al Congreso de los Diputados.

Por ello, todos los madrileños que residimos en la Comunidad de Madrid, nos sentimos especialmente ofendidos cuando el consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, ha comparado la manifestación del sábado de la 'Marea Ciudadana' con el fallido golpe de estado del 23-F, acusando a los participantes de "tomar las calles y deslegitimar las urnas".

Esta afirmación retrata la capacidad política que tiene este señor. Una manifestación que aglutina a tantos y tantos colectivos diversos, sólo le produce a él, que somos unos golpistas. Es tan aberrante su actitud que hoy, su presidente Ignacio González tendría que firmar su destitución por motivos personales. Nunca las palabras y los gritos son amenazas militares. La unidad de las protestas eran contra los recortes impuestos por el Gobierno de España. Luego dentro de la Comunidad de Madrid, nos llevamos nuestro racionamiento especial.

La “desligitimidad de las urnas” la ha provocado el Gobierno que preside Mariano Rajoy. Que firma un contrato electoral con la sociedad y cuando llega al poder lo incumple desde la A a la Z. Eso sí, manifestando que “hace lo que debe”.

Por ello, la sociedad española estamos buscando los mecanismos democráticos que puedan crear un sistema que nos devuelva el empoderamiento para destituir al Gobierno que no cumpla su compromiso, sin necesidad de esperar al final de la legislatura.

La situación crítica que vive la sociedad española genera que profesores de la `Marea Verde´ los médicos de la `Marea Blanca´ decenas de asambleas del `Movimiento 15M´ los `Bomberos´ los `Mineros´ los `Afectados por las hipotecas´ la `Coordinadora 25S´ los trabajadores de ´Empresas afectadas por los despidos masivos´ `Funcionarios´ `Partidos políticos de izquierdas´ y `Colectivos plurales y diversos´, estemos en la calle diciendo: ¡Basta ya, otra política es posible!