Primero fue la Sanidad, ahora la Educación. La ciudad de Leganés, en la Comunidad de Madrid, está recibiendo del Gobierno de Esperanza Aguirre, (PP) un castigo de proporciones bíblicas, es decir inimaginable e insuperable. “Las diez plagas de Leganés”.
Los sanitarios del Hospital público Severo Ochoa, consideran que son perseguidos por intereses políticos ajenos al desarrollo de su ejercicio profesional y han sido castigados por dar una asistencia de alta calidad y que los enfermos terminales mueran sin dolor gracias a la sedación. El Consejero Lamela, apoyándose en denuncias anónimas sobre muertes de enfermos terminales, imputa a los responsables del servicio, y aunque no existe ninguna sentencia firme, impuesta por un juez, que declare culpable de delito a Luis Montes, éste, sigue apartado de su ámbito profesional y ha tenido que hacer frente a las acusaciones de homicidio por negligencia.
El Colegio Público Trabenco, empieza a funcionar en 1972. Parte de la iniciativa de un grupo de padres y madres de una cooperativa de viviendas de un barrio de Leganés.
Los principios de su proyecto educativo son: libre expresión y creatividad, actitud crítica, responsabilidad y solidaridad, valoración de la diversidad como fuente de riqueza, aprender investigando, y una gestión democrática y participativa en la que está implicada toda la comunidad educativa.
Pues bien, estos valores educativos no deben ser del agrado del Consejero Peral, y nos encontramos con la denuncia pública que los padres y madres hacen cuando afirman: “la continuidad de nuestro Proyecto Educativo está seriamente amenazada por la Administración autonómica”. La consejería de Educación de la Comunidad de Madrid:
Nos exige suprimir la Asamblea como máximo órgano decisorio.
Nos condena a la inestabilidad funcional de la plantilla docente negando la renovación de las comisiones de servicio que actualmente ocupan profesionales comprometidos con el proyecto, para cubrirlas con personal interino y en prácticas.
El currículum que se desarrolla en el centro es abierto y flexible para que el alumnado pueda construir sus conocimientos de forma relevante, es decir, que le sirva para desenvolverse en la vida cotidiana. Se potencia tanto el aprendizaje individual como el colectivo y cooperativo favoreciendo los agrupamientos heterogéneos. El trabajo en equipo, la asamblea y los debates definen el trabajo y la organización del aula. La asamblea de aula es el eje para organizar el trabajo en ésta, para plantear y resolver conflictos, distribuir responsabilidades y analizar desde una perspectiva crítica la marcha del grupo-clase.
Todo un ejemplo de ideario democrático. Nada que ver con los colegios privados que tienen en sus aulas a los alumnos separados según el sexo.