A estas alturas la complicadísima situación política que
se está viviendo en el seno del PSOE, me produce mucha preocupación. Unos y
otros para justificar las razones de su posicionamiento están dejando al
descubierto momentos que se han vivido en la historia interna del partido.
Estos relatos históricos para los que hemos seguido y
participado de algunos de ellos, son ampliamente conocidos, pero para la
opinión pública en general, sorprende que el funcionamiento interno de un
partido político tenga estos procederes.
Concretamente, en la federación madrileña todos
recordamos la situación que se vivió en la Asamblea de Madrid cuando hubo que
gestionar la situación creada con el popularmente conocido `Tamayazo´. El golpe traidor que dieron los tránsfugas socialistas
impidió que Rafael Simancas, fuera elegido presidente de la Comunidad de
Madrid. Desde esa fecha, año 2003, gobierna el Partido Popular en la Comunidad madrileña.
La investigación que se llevó a cabo para tratar de
averiguar los motivos de lo sucedido, solo pudo intuir sospechas que indujeron
a la traición. Sin embargo, lo que dejo al descubierto durante las sesiones que
se celebraron fue la disección interna del funcionamiento del Partido
Socialista madrileño.
Consecuencia de todo lo que se pudo valorar, hizo que la
sociedad madrileña cuando se repiten las elecciones otorgara la mayoría
absoluta al PP.
Pues bien, por causas muy distintas y salvando las
distancias, reconozco que se corre el riesgo para justificar la posición que se
toma para solucionar el problema de la dirección socialista Federal, que de
nuevo se desnude los procesos internos que se llevan en los partidos políticos.
Es imprevisible la reacción que determinados datos causan en la sociedad civil
ajena a la organización.
Por ello, llegados a la situación que se está viviendo
dentro del PSOE, conviene ser muy cautos con lo que se dice y cómo se dice.
Desde mi punto de vista y compromiso político, quiero dejar muy claro, que no
voy a participar en ningún proceso congresual que no me garantice que el
resultado del Congreso no es un cierre en falso del momento político generado.