Aunque parezca que la campaña electoral sólo se compone de ofertas relevantes que impacten en los electores, también deja entrever lo que subyace en el pensamiento de los candidatos y candidatas.
La Ley Orgánica de Educación, aprobada por la Cortes Generales el 3 de mayo de 2006, en su Preámbulo dice: En los comienzos del siglo XXI, la sociedad española tiene la convicción de que es necesario mejorar la calidad de la educación, pero también de que ese beneficio debe llegar a todos los jóvenes, sin exclusiones. Como se ha subrayado muchas veces, hoy en día se considera que la “calidad y la equidad” son dos principios indisociables.
Ningún país puede desperdiciar la reserva de talento que poseen todos y cada uno de sus ciudadanos, sobre todo en una sociedad que se caracteriza por el valor creciente que adquieren la información y el conocimiento para el desarrollo económico y social.
Además de estos valores, dentro de la Educación primaria, se indica: “En uno de los cursos del tercer ciclo de la etapa, se añadirá la de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, en la que se prestará especial atención a la igualdad entre hombres y mujeres”.
La experiencia en la participación de los Consejos escolares, provoca que cuando la candidata a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP) en un alarde de iluminación se compromete a hacer todo lo posible para que los alumnos cuyos padres “objeten” de la nueva asignatura “Educación para la ciudadanía” puedan "convalidarla o sustituirla por la realización de tareas de voluntariado", genere en mí, una consideración aberrante.
¿Pensará la Sra. Aguirre que puede haber padres en su sano juicio que no quieran que sus hijas e hijos sean considerados iguales ante la sociedad? ¿O que educar en valores de reconocimiento de los derechos humanos es mala influencia para sus hijos? Y si así fuera, cuando dice que pueden hacer trabajos de voluntariado dentro del Centro escolar, ¿estará pensando en alguna función de limpieza de servicios o recogida de basura en los patios?
El subconsciente le ha traicionado y además de las grandes infraestructuras, la realidad que se vive en la Comunidad de Madrid en inversión educativa nos pone a la cola de España.
De ahí el calado que el candidato socialista a la Comunidad, Rafael Simancas, está teniendo con su compromiso educativo.
Desde el incremento en la inversión de infraestructuras para construir nuevas escuelas infantiles, colegios de primaria y secundaria, institutos; pasando por la gratuidad de los libros de texto, extensión en los centros del programa bilingüe, incrementando la dotación de ordenadores; hasta aumentar el número de becas y mejorar la docencia.
Esta es la autentica política educativa de calidad. Lo otro, es desviar la atención para tener el campo despejado con otros intereses.
La Ley Orgánica de Educación, aprobada por la Cortes Generales el 3 de mayo de 2006, en su Preámbulo dice: En los comienzos del siglo XXI, la sociedad española tiene la convicción de que es necesario mejorar la calidad de la educación, pero también de que ese beneficio debe llegar a todos los jóvenes, sin exclusiones. Como se ha subrayado muchas veces, hoy en día se considera que la “calidad y la equidad” son dos principios indisociables.
Ningún país puede desperdiciar la reserva de talento que poseen todos y cada uno de sus ciudadanos, sobre todo en una sociedad que se caracteriza por el valor creciente que adquieren la información y el conocimiento para el desarrollo económico y social.
Además de estos valores, dentro de la Educación primaria, se indica: “En uno de los cursos del tercer ciclo de la etapa, se añadirá la de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, en la que se prestará especial atención a la igualdad entre hombres y mujeres”.
La experiencia en la participación de los Consejos escolares, provoca que cuando la candidata a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP) en un alarde de iluminación se compromete a hacer todo lo posible para que los alumnos cuyos padres “objeten” de la nueva asignatura “Educación para la ciudadanía” puedan "convalidarla o sustituirla por la realización de tareas de voluntariado", genere en mí, una consideración aberrante.
¿Pensará la Sra. Aguirre que puede haber padres en su sano juicio que no quieran que sus hijas e hijos sean considerados iguales ante la sociedad? ¿O que educar en valores de reconocimiento de los derechos humanos es mala influencia para sus hijos? Y si así fuera, cuando dice que pueden hacer trabajos de voluntariado dentro del Centro escolar, ¿estará pensando en alguna función de limpieza de servicios o recogida de basura en los patios?
El subconsciente le ha traicionado y además de las grandes infraestructuras, la realidad que se vive en la Comunidad de Madrid en inversión educativa nos pone a la cola de España.
De ahí el calado que el candidato socialista a la Comunidad, Rafael Simancas, está teniendo con su compromiso educativo.
Desde el incremento en la inversión de infraestructuras para construir nuevas escuelas infantiles, colegios de primaria y secundaria, institutos; pasando por la gratuidad de los libros de texto, extensión en los centros del programa bilingüe, incrementando la dotación de ordenadores; hasta aumentar el número de becas y mejorar la docencia.
Esta es la autentica política educativa de calidad. Lo otro, es desviar la atención para tener el campo despejado con otros intereses.