Aunque corra el riesgo de equivocarme, prefiero decir lo
pienso y no guardar silencio. Ayer domingo, fue proclamado candidato socialista
a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez. Escuchado con detenimiento y
visto su discurso, me atrevo a decir que puede ser el próximo presidente de
España.
Dado los tiempos que corren para la política no es tarea
fácil. Pero, a Sánchez, se le nota seguro y con ganas. Eso es fundamental
cuando te embarcas en un proyecto de estas características.
Además, ayer quedó puesto de manifiesto que la
organización que le ofrece la cobertura PSOE, es una organización política
centenaria que sabe y puede hacer las cosas bien para el futuro de España.
Las portadas de los medios de comunicación le dedican su
espacio y los editoriales analizan el contenido de su discurso político. Sin lugar
a dudas un discurso lleno de valores y conocimiento profundo de la realidad que
vivimos. Por ello, cuando se conjugan candidato, partido, y proyecto político,
se está en el camino directo para lograr la confianza del pueblo español.
Los que ya tenemos cierta edad, y por tanto, una dilatada
convivencia familiar, sabemos lo importante que es para el proceso de la
actividad política el soporte familiar. Por ello, observando el desarrollo del
acto de la proclamación y después de hacer un merecido repaso de
agradecimientos políticos a los compañeros presentes que le han precedido en el
cargo, yo puse espacial atención al apartado de los agradecimientos familiares.
Cuando en este trabajo surgen las dudas, la incertidumbre
de lo realizado y finalmente casi toca el desánimo, es fundamental el soporte
íntimo de la familia.
En este caso, estoy convencido porque así quedó puesto de
manifiesto sincero, que Pedro Sánchez tiene bien cubierto ese flanco de apoyo. Veamos
ese momento dedicado a sus padres, hermano, esposa e hijas. Lo dicho, está posicionado
en el buen camino hacia la presidencia.