Es llamativo que lo primero que hace cualquier cargo electo que asume responsabilidad de Gobierno es pedir la colaboración de todos los grupos sin excepción. El presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, no ha sido menos y así lo solicita.
Pero visto lo sucedido una cosa es el predicamento y otra bien distinta los hechos. Analizado el extracto del mapa congresual, y mientras que no se conozcan los motivos razonados, nadie puede entender el reparto de los nueve cargos que componen la Mesa del Congreso.
La realidad producto de un acuerdo, impone que cinco puestos se asignen al Partido Popular; tres se adjudica al Partido Socialista y uno lo ocupa el representante de Convergencia i Unió.
Si embargo Izquierda Unida, la tercera fuerza política en número de votos no tiene lugar designado en la Mesa de la Cámara. Esto, mientras que sólo se argumente diciendo que es producto del pacto suscrito entre populares, socialistas y convergentes, nos obligan a concluir que la tercera fuerza política en número de votos queda excluida del Órgano de Gobierno del Congreso de los Diputados.