Cuando los españoles estamos padeciendo las consecuencias de una crisis económica, cuyo efecto, está generando supresión de servicios públicos, aumento de tarifas de transportes, reducción de profesionales de la Enseñanza pública, y todo lo que se les ocurre para ajustar el déficit público, los profesionales de la política no reparan en gastos y se suben el sueldo alegremente.
Es alarmante lo que la presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal (PP) acaba de hacer. Los jefes de gabinete de las siete consejerías del Gobierno de Castilla-La Mancha recibirán 4.000 €uros más de sueldo al año.
Así lo justifica.
A Cospedal no le ha quedado más remedio que incrementar los salarios de sus asesores, ya que el sueldo que pagaba el expresidente socialista de Castilla-La Mancha, José María Barreda, era “sensiblemente inferior al que recibirán todos los altos cargos del nuevo Gobierno, por ello, han tardado tanto en completar el organigrama porque nadie de su entorno con esa nómina quería ser alto cargo”. Para justificar el aumento de sueldo, ha subido del nivel 28 al 30 a todos los jefes de gabinete, que les reportará una media de 300 euros al mes, por catorce pagas”.
Hechos y decisiones de este calado tienen que ser corregidos. No se puede aceptar que cada cual en el ejercicio de su responsabilidad política se asigne el sueldo que considera más ventajoso. Ese trabajo debe estar regulado por Ley. Tampoco es de recibo la acumulación de ingresos por diversos cargos si estos, son pagados con dinero público de los presupuestos generados con los impuestos y las restricciones de la sociedad civil.
Debates sobre estos asuntos son los que demandamos los electores para poder valorar los principios y valores éticos de los Partidos Políticos.