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07/10/2014

Dos casos que hacen daño a España

No he terminado de procesar el caso `tarjetas opacas´ cuando conocemos que `ébola´ hace su aparición directamente en España. Ambas cuestiones tienen una repercusión internacional que daña la imagen de nuestro país.

Gracias al comportamiento de lo que podemos calificar de `embutidos de baja calidad´, determinadas personas con poder dentro de una entidad financiera quebrada y rescatada con el dinero público que aportamos cada uno de nosotros, iban gastando dinero sin control.
Indudablemente, el primer responsable es el presidente de Caja Madrid, primero y luego Bankia, quien se atribuye tal privilegio que hace extensible a los consejeros representantes de partidos políticos, sindicatos, patronal y algún otro que pasaba por allí.

Todos eran conocedores de la opacidad del dinero que cobraban y gastaban sin control de la Hacienda pública. Y, los partidos, sindicatos, organizaciones empresariales utilizaban el entramado montado por los máximos responsables para financiarse de manera privilegiada. Por tanto, ante tal comportamiento todas las personas implicadas deben dimitir de inmediato de todos los cargos. Pero, por primera vez se debe exigir la devolución de todo el dinero gastado y cargado a la `tarjeta opaca´.
El Gobierno español debe ser reconocido internacionalmente por un `Gobierno´ que sanciona y persigue este tipo de comportamientos.

El otro asunto, tiene un calado mucho más complicado. Hasta el momento, el virus asesino se había manifestado en países pobres de África. Su aparición en Europa y en especial en España, puede traernos graves consecuencias si no se consigue controlar.
Y esto último, hasta la fecha, es difícil de conquistar debido a la pasividad internacional sobre la investigación de las causas que lo provoca. Como los casos de muerte se producían en el continente africano, hay que reconocer que no ha existido mucha diligencia en producir el antídoto que lo contrarreste.

Ahora que hace su aparición en el mundo desarrollado ya veremos las consecuencias que nos trae. Es sorprendente conocer que prestigiosos médicos afirmen que no existe ningún fármaco y debe ser el propio organismo de la persona afectada quien debe desarrollar sus anticuerpos que ayuden a superar la infección. Si no lo alcanza llega la muerte.

De nuevo el Gobierno español, está obligado a efectuar cuantas diligencias sean necesarias para conseguir controlar esta infección y que España no pueda ser calificada como el país internacional que introduce el virus en Europa.