Aguirre, declaró a los medios que iba a encontrar una solución al problema de estos 1.500 socios, cuyas cooperativas fueron gestionadas hasta el pasado enero por la promotora PSG. "No es que vaya a buscar una solución, es que la voy a encontrar", concretó Aguirre, quien aseguró que los cooperativistas tienen toda la razón y que, por ello, "si se han tomado medidas administrativas incorrectas, vamos a tratar de arreglarlo para que estos señores, que son cooperativistas dueños de un terreno de protección, puedan construir sus viviendas".
Si analizamos detenidamente toda la historia del administrador único de la gestora y las decisiones que ha ido tomando hasta llegar al punto de reconocer y hacer públicas sus propias declaraciones donde afirma: “que no le importa perder todo el prestigio profesional, con tal de llegar a un acuerdo que salve la situación”.
Ahora bien, lo que hace Esperanza Aguirre, es muy grave. Puede incluso “prevaricar”. Porque una cosa es ofrecerse a negociar y buscar salida a una situación difícil y otra muy distinta, con tal, de hacer sangre política del Gobierno de Getafe, dejar desnudos a toda una serie de empresas (Arpegio) y Consorcio Urbanístico. Amén del papelazo que le presenta al PP de Getafe y a la Consejera de la CAM. Es más, demuestra desconocer el grave problema que se viene arrastrando por la negligente gestión, y en su osadía personal se lanza al ruedo sin protección.
La ciénaga política donde se ha metido tiene muchas ramificaciones, pero hay una que me sorprende. Dice: “cooperativistas dueños de un terreno de protección, puedan construir sus viviendas”.
Sra. Presidenta, que ningún propietario de terrenos tenía la calificación de “terreno protegido” que eran propietarios de terrenos rústicos y conocedores de que iban a ser expropiados por el acuerdo de su Gobierno, a través del Consorcio formado con el Ayuntamiento 40% y Comunidad de Madrid 60%.
Lo dicho, pasear por la c/ Madrid, y recibir los vítores de los afectados la cegaron. Lo que lamento profundamente, es que esto, se esté enredando de tal manera que los principales protagonistas las personas que llevan pagadas importantes cantidades de dinero, cada día tengan menor garantía de recuperarlo.