La primera, es el desapego que por diversas razones, una
parte importante de la ciudadanía no ha sentido que el actual Gobierno del PSOE
esté comprendiendo la situación permanente en que les toca vivir cada día.
Esto, hace que de manera milagrosa se preste atención a los mensajes fáciles de
entender y que a priori dicen que tienen la solución a los problemas que
permanecen.
Si a lo anterior, le sumamos la desidia de una parte
importante del electorado que no acude a cumplir con su obligación el día que
es convocado para expresar su voto, nos encontramos con este resultado
electoral enigmático que ahora hay que gestionar y cuyos resultados están por
venir. Este comportamiento, demuestra el valor y la importancia de nuestro
voto.
Por ello, este año 2019 donde en el mes de mayo tenemos la
oportunidad de ejercer nuestro derecho democrático para elegir a nuestros
representantes gubernamentales, es obligado para todas las personas de bien,
reflexionar si los problemas que existen se arreglan escuchando los cantos de
sirena que prometen el maná y con ello la solución.
Igualmente, quiero insistir en el ponderamiento que se nos
atribuye en la convocatoria electoral, donde todos los votos valen igual y por
tanto, nuestra decisión expresando nuestro apoyo a una u otra opción política
es decisiva. Si a esto le sumamos la participación activa, estoy seguro que el
resultado garantizará que las políticas sociales de calidad permanecerán e
incluso se deben incrementar.
No podemos perder garantías sociales y servicios públicos de
calidad por un error en nuestro voto, o por la falta de participación en las
urnas. En este último punto tienen mucha responsabilidad los actuales
gobernantes que deben demostrar conocer la realidad que vivimos y con ello,
presentar soluciones creíbles que generen esperanza.