La sangría de jóvenes españoles que se ven obligados a
salir de España no cesa. A los que ya han abandonado nuestro país, ahora pasado
el verano, se suman otras nuevas promociones de titulados que después de
intentar trabajar en España llegan a la conclusión que la única salida laboral
está en el extranjero.
Si antes las familias tendían a retenerlos a sabiendas
que una vez que salen y se estabilizan en otro país ya no sienten necesidad de
volver, ante la cruda realidad del número de jóvenes que en España están en
paro, son los propios padres los que les ayudan para que se establezcan en otro
lugar.
Este chorreo de jóvenes emigrantes, es demoledor para la
sociedad que los ha preparado aportando sus impuestos para que tengan una
formación de calidad. Y, cuando tenemos un plantel bien formado que podían
poner sus conocimientos al servicio de España, les dejamos abandonados y les
indicamos el camino de la salida.
Esta consecuencia entre otras, es producto de los recortes
presupuestarios y los ajuntes leoninos que a los que nos está llevando la
reforma del artículo 135 de la Constitución Española. De seguir con el
empecinamiento de cumplir a rajatabla la modificación, España va a quedar hecho
un solar.
Es urgente parar este éxodo. España necesita mantener sus
inversiones en investigación, los servicios públicos de calidad Educación y
Sanidad tienen que volver a los niveles alcanzados antes de la restricción
económica, y los profesionales no pueden seguir abandonando España.
Los grupos políticos que nos representan en el Congreso
de los diputados se tienen que exigir encontrar la fórmula unitaria que defendamos
en Europa para reconducir la situación interna de nuestro país.
Los datos del paro indican que por mucha reforma y
contrareforma laboral que el Gobierno de Mariano Rajoy implante, el número de
parados no desciende, la economía no se reactiva, el consumo no crece, y como
colofón: "Estamos descapitalizando el conocimiento".
No hay comentarios:
Publicar un comentario