El recién estrenado curso escolar en la Comunidad de Madrid pone sobre la mesa algunas novedades. La más importante y destacable, es el incremento de alumnos/as hijos de familias inmigrantes.
La presidenta, Esperanza Aguirre (PP) muy hábilmente en la inauguración que celebra, introduce el tema del uniforme en los colegios públicos a elección del Consejo Escolar de los centros. Es decir que en aquellos colegios que la comunidad educativa se ponga de acuerdo pueden utilizar la uniformidad en el vestir para que no haya distingos entre los alumnos.
La reacción a esta indicación, ha sido indiferente en la mayoría de los casos, y siempre y cuando se llegue a un acuerdo colectivo se podría implantar libremente.
Esto, lógicamente no debería servir de cortina de humo que nos impida ver y apreciar la auténtica novedad. Es decir el incremento de alumnos de procedencia inmigrante, que en un alto porcentaje están ubicados en colegios “públicos puros”.
Todos conocemos las dificultades por las que deben pasar las familias que tienen que dejar su país y el proceso de adaptación que tienen que superar en su nuevo país de residencia. El más importante, es adaptarse e integrase en la nueva sociedad. La muestra de esa voluntad adaptadora se valora en la presencia escolar. Hay barrios en la Comunidad madrileña, donde los escolares autóctonos ya son minoría con respecto a los foráneos.
También la presidenta Aguirre, anunció que, desde este mismo año, los alumnos de Tercero de ESO (chicos de 14 y 15 años) se someterán a una prueba de conocimientos básicos, a imagen de la que desde hace dos años ya se realiza en Sexto de Primaria.
Llegados a este punto es cuando entramos en el análisis de la probada realidad de la situación de la enseñanza madrileña: Vemos que es mucha la población escolar original que se desplaza hacia lo colegios públicos concertados y el aumento de los niños/as emigrantes en los públicos estatales, esto pone de manifiesto las dificultades que los profesionales de la enseñanza (Maestros/as) tiene para poder alcanzar y cumplir con eficiencia el programa escolar del centro. Nunca olvidemos que son alumnos en proceso de adaptación en muchas facetas de sus vidas.
Si en estos centros no se incrementa la plantilla de profesores especializados y no se dotan de recursos adecuados que ayuden en su trabajo diario, con toda seguridad que las anunciadas pruebas hechas por Doña Esperanza, no serán superadas.
Con la descripción de estas condiciones, se pone de manifiesto que la Consejería de Educación, tiene que hacer el esfuerzo dotacional para que no se genere en la CAM, centros escolares de primera y de tercera categoría, y por añadidura personas jóvenes de la misma calificación.
La dejadez en la prestación de este requisito, puede traer consecuencias difíciles de convivencia social. La cultura integradora empieza por los más pequeños.
¡Favorezcamos la enseñanza pública estatal!
La presidenta, Esperanza Aguirre (PP) muy hábilmente en la inauguración que celebra, introduce el tema del uniforme en los colegios públicos a elección del Consejo Escolar de los centros. Es decir que en aquellos colegios que la comunidad educativa se ponga de acuerdo pueden utilizar la uniformidad en el vestir para que no haya distingos entre los alumnos.
La reacción a esta indicación, ha sido indiferente en la mayoría de los casos, y siempre y cuando se llegue a un acuerdo colectivo se podría implantar libremente.
Esto, lógicamente no debería servir de cortina de humo que nos impida ver y apreciar la auténtica novedad. Es decir el incremento de alumnos de procedencia inmigrante, que en un alto porcentaje están ubicados en colegios “públicos puros”.
Todos conocemos las dificultades por las que deben pasar las familias que tienen que dejar su país y el proceso de adaptación que tienen que superar en su nuevo país de residencia. El más importante, es adaptarse e integrase en la nueva sociedad. La muestra de esa voluntad adaptadora se valora en la presencia escolar. Hay barrios en la Comunidad madrileña, donde los escolares autóctonos ya son minoría con respecto a los foráneos.
También la presidenta Aguirre, anunció que, desde este mismo año, los alumnos de Tercero de ESO (chicos de 14 y 15 años) se someterán a una prueba de conocimientos básicos, a imagen de la que desde hace dos años ya se realiza en Sexto de Primaria.
Llegados a este punto es cuando entramos en el análisis de la probada realidad de la situación de la enseñanza madrileña: Vemos que es mucha la población escolar original que se desplaza hacia lo colegios públicos concertados y el aumento de los niños/as emigrantes en los públicos estatales, esto pone de manifiesto las dificultades que los profesionales de la enseñanza (Maestros/as) tiene para poder alcanzar y cumplir con eficiencia el programa escolar del centro. Nunca olvidemos que son alumnos en proceso de adaptación en muchas facetas de sus vidas.
Si en estos centros no se incrementa la plantilla de profesores especializados y no se dotan de recursos adecuados que ayuden en su trabajo diario, con toda seguridad que las anunciadas pruebas hechas por Doña Esperanza, no serán superadas.
Con la descripción de estas condiciones, se pone de manifiesto que la Consejería de Educación, tiene que hacer el esfuerzo dotacional para que no se genere en la CAM, centros escolares de primera y de tercera categoría, y por añadidura personas jóvenes de la misma calificación.
La dejadez en la prestación de este requisito, puede traer consecuencias difíciles de convivencia social. La cultura integradora empieza por los más pequeños.
¡Favorezcamos la enseñanza pública estatal!