31/01/2016

Termina el mes de enero

Y, el final llega igual que comenzó el principio. Sin acuerdo entre los representantes de los grupos políticos para que España tenga un Gobierno estable de cara al futuro.

En ese periodo de tiempo han pasado cosas importantes que no podíamos imaginar cuando se produjeron las elecciones del 20D. La más relevante fue la negativa de Mariano Rajoy a presentar su candidatura a la investidura de la presidencia del Gobierno. Tras este hecho, realizado al estilo Rajoy, no pudo el Jefe del Estado encargar la iniciativa gubernamental a la otra persona que los resultados electorales avalan, Pedro Sánchez.

Así, tenemos que, la semana que mañana comienza, otra vez el Rey, tendrá que pedir a Sánchez o Rajoy que pongan punto final a este limbo incierto que vivimos.
En el comité socialista celebrado ayer, de nuevo quedó manifestado que con el voto del PSOE, “no si iba a indultar los casos de corrupción que se viven en el PP”. Por tanto, se puede colegir que si Ciudadanos mantiene su compromiso de no apoyar al partido de la corrupción, Mariano Rajoy, dejará de optar definitivamente a la presidencia del Gobierno.

Llegados a ese punto, es cuando Sánchez e Iglesias (Podemos) tendrán que sentarse para hablar seriamente de la posibilidad de acercamiento en base a los programas respectivos que además son coincidentes para recuperar a las personas que el Partido Popular en los anteriores cuatro años ha dejado en situaciones precarias. Llámese `Ley de Emergencia Social´ o cualquier otro enunciado todo hace indicar que hay más puntos de coincidencia que de divergencia que los separe.

Estoy convencido que unos y otros son perfectos conocedores que cuando se negocia algo se tiene que apartar para lograr el acuerdo final. Por ello, también se tiene que ver los planteamientos regeneradores que Ciudadanos plantee para sumarse al grupo, la opinión de Albert, también debe ser considerada. Repito, se está negociando.

Ante esta clara situación que se vislumbra, el Partido Popular con sus voces mediáticas, hará resonar cuantas veces sea necesario que el resultante Gobierno de progreso que se pueda perfilar, no podrá llevar a cabo leyes de Gobierno, debido a que las mismas no serán aprobadas en el Senado donde el PP, tiene mayoría absoluta.

Es precisamente aquí, que quiero reflexionar sobre el protagonismo que los senadores tienen en la actualidad con las competencias que tienen asignadas.
No es la primera vez, que el Gobierno de turno, entrega una ley en el Senado, durante su paso, los senadores hacen alguna modificación o alegación, que cuando es devuelta al Congreso, el Gobierno puede considerar en su trámite final, o como ha ocurrido en ocasiones son obviadas la recomendaciones.

Por tanto, lo importante en este momento es conseguir el número de diputados que garantice en base a un acuerdo de legislatura la gobernabilidad del futuro de nuestro país.

17/01/2016

Y quedaron constituidas las cámaras

Esta semana que ha terminado, los españoles hemos sido testigos de cómo se han formado las cámaras políticas que tienen posibilidad de gobernarnos los próximos cuatro años.

Hay que reconocer que en el caso del Senado ha sido mucho más rápido que el Congreso. También, esa agilidad ha dejado alguna sorpresa que el ciudadano común no termina de comprender. Es cierto que los protagonistas se han esforzado en explicar que lo sucedido es costumbre de anteriores legislaturas y que siempre se ha llevado a cabo alguna cesión de diputados entre grupos diversos para poder conformar cada uno el propio.

Así, la gran extrañeza ha sido conocer y de manera amplificada por medios y grupos políticos, que el PSOE, cede cuatro senadores a ERC para que estos últimos, obtengan el número necesario para poder beneficiarse de las prebendas de poseer grupo propio.

Después de los resultado que han arrojado las urnas y con una difícil incógnita para perfilar la composición de un Gobierno estable que garantice la gobernabilidad, el valorar que un partido político defensor de la la unidad territorial de España, conviene y acuerda con un grupo cuyo eslogan irrenunciable es segregar a Cataluña del resto de España, es harto complicado de comprender. Sí, se dirá que la política es el arte de lo posible. Pero, en este caso y consecuencia de lo que los catalanes y su Parlament proclaman, hay que tener muy buenas tragaderas para digerir el acuerdo.

Con el incierto resultado final que se pueda alcanzar en el Congreso para formar Gobierno, y los posibles acuerdos que se puedan lograr, hay una cuestión en el Senado que pone de manifiesto su poca utilidad para defender y solucionar los problemas territoriales.

Se entiende que los distintos grupos políticos que lo forman pertenecen a todo el arco electoral que se ha presentado en todo el territorio español, y que sus representantes provienen de todas la comunidades autónomas que configuran el Estado. En el supuesto de que inducidos por la situación que persiste en Cataluña se tuviera que tratar asuntos relacionados con su competencias, nadie duda que el grupo ERC defendería con uñas y dientes aquello que ellos entienden que beneficia a su nacionalidad.
Es entonces cuando surge la pregunta: ¿los cuatros senadores socialistas si tuvieran que votar cuál sería el sentido de su voto? A no ser, que ya esté previsto que el desenlace político del trabajo realizado no producirá nunca esta situación.

Llegados a esta extremo, que a buen seguro también se producía en anteriores legislaturas, hay que tener un dato muy importante que no deben olvidar los dirigentes políticos que entran en ese juego: antes, la composición de Parlamento y Senado no era la misma que hoy conforma ambas cámaras. Y, por tanto, las voces que se escucharán generarán desconocidas consecuencias.

10/01/2016

Amigos catalanes

En este mismo espacio, el día 28 de septiembre de 2015, dediqué unas palabras basadas en el resultado electoral para despedirme de Artur Mas. Han tenido que pasar tres meses para poder comprobar que finalmente Arturo deja la presidencia de la Generalitat.

Ahora bien, después del tiempo pasado y con un 52% de los votantes catalanes rechazando la pretendida segregación de España, que las palabras de despedida sean: “lo que no hemos podido conseguir en las urnas lo hemos logrado con la negociación”, los catalanes que hablaron en las urnas han debido sentirse defraudados por la forma en que se consigue investir a un presidente independista.

Pero, mucho peor deben estar los tres mil militantes de CUP, que ven cómo el trabajo de años, se tira por la borda de la credibilidad, para poner sus escaños al servicio del poder. Además, con unos condicionantes que hasta ahora, no se habían dado nunca dentro del juego político de pactos y negociación.

Luego, tenemos las declaraciones estentóreas del que será nuevo President, pidiendo “echar a los invasores”. Todo un despropósito de locura política que entre todos estamos obligados a corregir más pronto que tarde.

Y para ello, el próximo Gobierno de España, debe ponerse manos a la obra. De la manera en que se consiga formar alianzas de futuro, se podrá frenar con el apoyo del pueblo catalán tanto dislate político.

Pensando en las posibles compromisos que los resultados electorales ha arrojado el 20D, y teniendo en cuenta el contenido de los programas con los que los distintos partidos han conseguido sus apoyos de los votantes, se puede entender que aunque el PSOE defiende la unidad de España, cuando le plantee al PP un acuerdo para derogar la `Reforma laboral´, la derogación de la `Ley Mordaza´ y toda una serie de cuestiones que el Gobierno de Rajoy ha implantado, a todas luces se comprende que será imposible acordar una alianza.

Si Rajoy no consigue la mayoría suficiente, Sánchez, tiene que buscar aliados que le ayuden a lograr la presidencia. Desde ese momento, Podemos, tiene que hacer un esfuerzo de lógica política que encuentre el engranaje entre el programa del PSOE y los postulados de Podemos. Porque, para este último grupo, la jugada trilera de la CUP con la entrega y sacrificio de sus diputados, los deja sin argumentos que prioricen el defendido `referéndum catalán´. La ciudadanía entenderemos los acuerdos y compromisos que ayuden a cambiar la realidad social de España.

Por lo tanto, primero se tiene que constituir el Parlamento, se tiene que elegir un Presidente, y posteriormente, la situación catalana obligará al Gobierno resultante, a tener que llevar reformas constitucionales que permitan las consultas necesarias para que el pueblo español hable y se exprese sobre la nueva realidad de la sociedad española. En definitiva, `política de muy alto nivel´.

04/01/2016

Los tiempos juegan en política

En este día 4 de enero de 2016, la margarita de la CUP, ya está deshojada. Finalmente, después de mucho debate y de empates técnicos en las votaciones, la dirección mantiene la promesa con la cual se presentaron a las elecciones “no apoyarán la elección de Artur Mas”.

Partiendo de este punto, no queda más que dos alternativas: cambiar el candidato a la presidencia de la Generalitat, o convocar nuevas elecciones.
En política y sobre todo cuando se trata de poder obtener las prebendas que ofrece presidir un gobierno, no debemos descartar el cambio de candidato. Pero, si como afirman los socios de Juntos por el Sí, la candidatura es irrenunciable, entonces el pueblo catalán tendrá que pasar otra vez por las urnas y expresar su opinión.

Este segundo escenario, ofrece un resultado abierto, que desde mi punto de vista, puede facilitar el diálogo en las conversaciones de Madrid ante la tesitura y necesidad de formar el gobierno de la Nación.

Analizando la situación siempre en condicionante, si el PSOE no se abstiene en la votación de la investidura de Mariano Rajoy, éste, no puede ser elegido presidente. Y, siguiendo el protocolo establecido el segundo partido más votado tiene la obligación de intentar formar el gobierno que España necesita.
El PSOE y Pedro Sánchez, tienen el deber de conseguir las alianzas necesarias que facilite la elección de Pedro Sánchez. Ahora bien, esto último no puede ser posible sin el apoyo de Podemos.

Cerrando el círculo de combinaciones posibles que pueden conducir al cierre final de la negociación, las direcciones de Podemos y PSOE, tienen que poner sobre la mesa todos aquellos puntos que tienen en común y valorar el grado de coincidencia programática y el beneficio que su aplicación tendría para sociedad española.

El tiempo que se está viviendo en política y la concatenación de episodios relacionados con Cataluña y dado que, si no hay candidato de consenso el resultado está muy abierto, el acuerdo madrileño entre Podemos y PSOE para iniciar la legislatura, tiene las puertas abiertas para entrar en un proceso de gobernabilidad.

Los resultados catalanes del mes de marzo indicaran el procedimiento que los gobiernos español y catalán tendrán que iniciar para que ambas instituciones puedan seguir formando un conjunto del Estado español.