26/11/2008

Interesa estar al tanto

En vísperas de que el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, presente en el Parlamento otro paquete de medidas económicas que ayuden a la economía española a salir de la encrucijada actual, conviene recordar el origen que genera esta situación.

Llega a mis manos el informe de una gestora independiente, que tiene la responsabilidad de gestionar uno de los mayores planes de pensiones de empleados. El Plan, desde su creación en el año 1992, ha sido uno de los más rentables. Las acertadas inversiones generaban una evolución del valor del punto hasta diciembre de 2007. A partir de esa fecha, también se encuentra inmerso en la incertidumbre que azota a los mercados.

El “Informe de la Comisión de Inversiones” lo explica así:
El mundo económico se ha visto conmocionado por una fuerte crisis financiera, que adquiría proporciones de creciente gravedad a medida que transcurrían los días y conocíamos a través de los medios las quiebras en EE UU de los mas importantes bancos de inversión, de la mayor aseguradora del mundo y de las principales compañías hipotecarias. Inmediatamente la debacle de EE UU se trasladaba a Europa cobrándose su primeras victimas en el Reino Unido, Bélgica, Francia y Alemania.
Para hacer frente a esta situación, los Estados han tenido que salir en auxilio de las entidades financieras con generosos planes de rescate y apoyo, recurriendo para ello al erario público (socialización de pérdidas).
Ha de reconocerse que los analistas no han sido capaces de valorar con exactitud la profundidad y virulencia del crac financiero que se avecinaba y mucho menos aventurar un pronóstico sobre su duración o sugerir caminos para su solución.

El origen de la crisis se debe a:
- Unas entidades concesionarias de hipotecas inviables con alto riesgo de impago (las famosas hipotecas subprime).
- Unas agencias calificadoras irresponsables.
- Unas autoridades reguladoras y Gobiernos y Bancos Centrales que han permitido un negocio desmedido e incluso fraudulento en algunos casos.
- Una mal llamada “innovación financiera” consistente en la venta de unos activos financieros tan complejos y opacos que, en ocasiones, ni el comprador ni el vendedor eran conscientes de los riesgos en los que incurrían.

Producto de lo anterior, se ha desatado la desconfianza en el sector bancario y por extensión también a las bolsas. Igualmente, la falta de dinero circulante, afecta directamente a otras industrias.

La esperanza.
Las decisiones que toman los Gobiernos a nivel mundial, vislumbra un atisbo de esperanza, ya que son medidas tomadas al unísono por todos los Estados. Esto, debe restablecer la confianza entre los bancos e inversores de manera que vuelva a fluir el crédito, para salir de la recesión económica mundial.

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