El pretendido cambio de fisonomía de la ciudad de Getafe, entra en su recta final con la instalación de treinta y una esculturas, todas ellas a tamaño natural en bronce. Anteriormente se han remodelado las rotondas y medianas de las principales arterias y se ha montado nuevo mobiliario urbano. Los ciudadanos y ciudadanas de Getafe, a su vuelta de las vacaciones se encontrarán con una nueva imagen de ciudad.
La colocación de las 31 esculturas se llevará a cabo en dos etapas. La primera fase en el mes de agosto y la segunda en el mes de diciembre. Y es que Getafe, es una ciudad en constante transformación. Los nuevos desarrollos urbanísticos están produciendo un cambio importante de la población.
Yo, y mi familia, somos ciudadanos habitantes de esta Villa desde el año 1992. Si dentro de tu modelo de vida, apuestas por la participación activa en la sociedad, vas conociendo la idiosincrasia de la ciudad y sus barrios. Es el caso del barrio de Perales del Río. En la actualidad somos 6.000 habitantes y ya estamos empezando a incrementar ese número poblacional con nuevos moradores que se incorporan con la entrega de las nuevas viviendas.
Indudablemente, el incremento se verá reflejado próximamente en muchos capítulos referidos a la demanda de servicios que todo crecimiento genera. En este mes de agosto, lo he podido apreciar en los usuarios del Centro de Salud, caras nuevas que requieren de este servicio. Las instalaciones del Centro, están preparadas para atender el crecimiento y una vez actualizado el censo sanitario de los demandantes, la Consejería de Salud, deberá aumentar el número de profesionales que nos atienda.
Paseando por las nuevas calles, ves a los recién llegados con el trajín lógico del que tiene que adecuar su casa. También adviertes, que quieren conocer las dotaciones públicas y privadas de que consta su nueva residencia. Y, reparas en su estilo de vida.
Dentro de los servicios generales que la administración carga a los desarrollos urbanísticos, están los equipamientos. En Perales del Río, hay uno esencial para el proceso social: “el nuevo Centro Cívico”. En el año 2004, celebramos su 20 aniversario y en el libro editado al efecto, en mí intervención decía que las obras debían comenzar en el último trimestre de ese año. Ha pasado el 2005 y lo que va de 2006 y las obras no ven la luz del comienzo. La licencia de obra la tiene la Junta de Compensación que es la entidad que tiene la obligación de llevar a cabo la obra del definido: “edificio emblemático”. Los responsables urbanísticos del Gobierno local, no obligan a la Junta a comenzar la obra para que dicha instalación sea una realidad.
Desde el punto de vista político es de suma importancia. Antes, he dicho que los nuevos habitantes merodean por el barrio inspeccionando los equipamientos existentes y de pura lógica se deduce que en función de los responsables políticos que gobiernan se impregna las instalaciones y programas de políticas progresistas o conservadoras. Es importante para la izquierda progresista, irradiar de nuestro aroma todo lo que envuelve a lo público. Y para ello, se necesita equipamientos novedosos de calidad, donde el usuario se sienta a gusto y respire ese aire de progreso solidario.
Desde esta página quiero advertir que no se puede demorar más su construcción.
La colocación de las 31 esculturas se llevará a cabo en dos etapas. La primera fase en el mes de agosto y la segunda en el mes de diciembre. Y es que Getafe, es una ciudad en constante transformación. Los nuevos desarrollos urbanísticos están produciendo un cambio importante de la población.
Yo, y mi familia, somos ciudadanos habitantes de esta Villa desde el año 1992. Si dentro de tu modelo de vida, apuestas por la participación activa en la sociedad, vas conociendo la idiosincrasia de la ciudad y sus barrios. Es el caso del barrio de Perales del Río. En la actualidad somos 6.000 habitantes y ya estamos empezando a incrementar ese número poblacional con nuevos moradores que se incorporan con la entrega de las nuevas viviendas.
Indudablemente, el incremento se verá reflejado próximamente en muchos capítulos referidos a la demanda de servicios que todo crecimiento genera. En este mes de agosto, lo he podido apreciar en los usuarios del Centro de Salud, caras nuevas que requieren de este servicio. Las instalaciones del Centro, están preparadas para atender el crecimiento y una vez actualizado el censo sanitario de los demandantes, la Consejería de Salud, deberá aumentar el número de profesionales que nos atienda.
Paseando por las nuevas calles, ves a los recién llegados con el trajín lógico del que tiene que adecuar su casa. También adviertes, que quieren conocer las dotaciones públicas y privadas de que consta su nueva residencia. Y, reparas en su estilo de vida.
Dentro de los servicios generales que la administración carga a los desarrollos urbanísticos, están los equipamientos. En Perales del Río, hay uno esencial para el proceso social: “el nuevo Centro Cívico”. En el año 2004, celebramos su 20 aniversario y en el libro editado al efecto, en mí intervención decía que las obras debían comenzar en el último trimestre de ese año. Ha pasado el 2005 y lo que va de 2006 y las obras no ven la luz del comienzo. La licencia de obra la tiene la Junta de Compensación que es la entidad que tiene la obligación de llevar a cabo la obra del definido: “edificio emblemático”. Los responsables urbanísticos del Gobierno local, no obligan a la Junta a comenzar la obra para que dicha instalación sea una realidad.
Desde el punto de vista político es de suma importancia. Antes, he dicho que los nuevos habitantes merodean por el barrio inspeccionando los equipamientos existentes y de pura lógica se deduce que en función de los responsables políticos que gobiernan se impregna las instalaciones y programas de políticas progresistas o conservadoras. Es importante para la izquierda progresista, irradiar de nuestro aroma todo lo que envuelve a lo público. Y para ello, se necesita equipamientos novedosos de calidad, donde el usuario se sienta a gusto y respire ese aire de progreso solidario.
Desde esta página quiero advertir que no se puede demorar más su construcción.
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